Para entender la situación actual, es muy importante comprender los antecedentes históricos.
Durante la visita del presidente Obama a Kenia en 2015, la anticipación de su postura sobre los derechos de los homosexuales suscitó polémica. A pesar de que los activistas estadounidenses le instaron a que condenara la ley antigay de Kenia, los líderes kenianos afirmaron públicamente sus sentimientos contra el colectivo homosexual, lo que provocó un aumento de la violencia contra la comunidad LGBTQ+.
John Mathenge, director de una clínica de Nairobi, describió el tenso ambiente previo a la visita de Obama, que provocó un descenso de las visitas a la clínica por miedo a los ataques. OutRight Action International advirtió del peligro de que Obama se refiriera a los derechos de los homosexuales en Kenia, y abogó por esfuerzos más sutiles en apoyo de los derechos LGBTQ+.
La implicación de Estados Unidos en la defensa de los derechos LGBTQ+ en África durante los últimos años ha ayudado al movimiento local, pero también ha introducido complejidades. Los activistas se sienten agradecidos por el apoyo, pero luchan contra las acusaciones de ser «agentes occidentales», lo que dificulta la creación de confianza con la población local. En aquellos años, Obama defendió los derechos de los homosexuales durante su visita, lo que provocó una respuesta ambigua del Presidente keniano Kenyatta, que desactivó la retórica antigay. A pesar de las diversas interpretaciones, los kenianos lo percibieron como un llamamiento a abandonar la cuestión. En consecuencia, se dio carpetazo a la legislación anti-homosexual.
El artículo plantea la cuestión de si la mayor visibilidad de los defensores de los derechos LGBTQ+, respaldados por Occidente, aumenta inadvertidamente la vulnerabilidad. Aunque Estados Unidos ha ayudado al movimiento LGBTQ+ local, también ha desencadenado una reacción violenta en algunos países africanos, al utilizar las cuestiones LGBTQ+ como herramientas políticas.
La percepción de que las personas LGBTQ+ cuentan con el respaldo de Occidente puede ser tanto beneficiosa como perjudicial. A pesar del papel protector de la intervención estadounidense, la paradoja se hace más evidente: cuanto más apoyo público recibe la comunidad LBGTQ+, mayor es la envidia y el peligro que corre.
Ha sido un largo camino de lucha social desde los derechos LGBTQ+ en Uganda, durante los primeros días de diciembre, Uganda ha criticado duramente las recientes restricciones de visado impuestas por Estados Unidos a sus funcionarios, interpretándolo como un intento de imponer una «agenda LGBT» en África, minando la democracia.
Henry Okello Oryem, Ministro de Estado de Asuntos Exteriores, afirmó que Uganda no daría marcha atrás en su proyecto de ley. Afirmó que ciertos grupos de Estados Unidos y Occidente pretenden coaccionar la aceptación de las relaciones homosexuales utilizando la ayuda y los préstamos como instrumento de presión.
Estados Unidos impuso restricciones iniciales a los visados en junio, a raíz de la Ley contra la Homosexualidad de Uganda. En agosto, el Banco Mundial suspendió la concesión de nuevos préstamos a Uganda. Además, Uganda quedará excluida de la Ley de Crecimiento y Oportunidades para África (AGOA, por sus siglas en inglés) a partir de enero de 2024, lo que también tendrá un grave efecto económico negativo.
Actualmente, la legislación ugandesa impone severas penas por mantener relaciones homosexuales y promover la homosexualidad. La «homosexualidad agravada» está castigada con la pena de muerte, aunque hace años que no se ejecuta en Uganda.
Intervenir o apoyar los derechos humanos en otro país sin faltar al respeto a su soberanía es un delicado equilibrio. El compromiso diplomático y expresar la preocupación por las violaciones de los derechos humanos a través de los canales diplomáticos, fomentando el diálogo y la cooperación, es una forma respetuosa de intentar lograr el crecimiento social internacional.
Mientras que las organizaciones de la sociedad civil y la defensa pública proporcionan apoyo y protección a los defensores locales de los derechos humanos, estos grupos desempeñan un papel crucial en la vigilancia contra las violaciones de los derechos humanos y la promoción de la concienciación.
Nuestro departamento es un firme aliado y defensor legal de la comunidad LGBTQ. Estamos comprometidos a proporcionar apoyo y orientación jurídica integral para abordar cualquier preocupación o desafío legal al que se enfrenten las personas. Sus derechos importan, y estamos aquí para garantizar que estén protegidos y se respeten. Si necesita asistencia u orientación jurídica, nuestras puertas están abiertas, listas para ofrecer soluciones a medida y apoyo inquebrantable en todos los asuntos jurídicos que afectan a la comunidad LGBTQ. Su tranquilidad y sus derechos son nuestra prioridad.
Artículo elaborado con información de Africa news y NPR
Cynthia Cortés Castillo, Digital Marketing Executive
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Lo que hace que la asistencia de Gay Lawyers sea especialmente adecuada para los problemas de la comunidad LGBTQ+ es que sus abogados además de tener un enfoque empático, tienen una experiencia destacada y son capaces de comprender realmente los problemas específicos que se plantean con frecuencia en el entorno LGBTQ+.
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