Acoger a cada persona por lo que es, sin discriminación, y permitirle expresar su potencial y sus capacidades aumenta la confianza, el compromiso y la productividad en el lugar de trabajo. Por ello, analizamos los beneficios de un entorno inclusivo y las estrategias para implantarlo con éxito. Introducir la inclusividad en la empresa es tan difícil como fundamental. No es sólo una obligación ética, sino también un aspecto práctico. De hecho, fomentar la diversidad y acabar con los prejuicios estimula la creatividad, aporta nuevas perspectivas e ideas y, en última instancia, mejora el rendimiento empresarial.
La inclusión es un principio fundamental según el cual todo individuo, independientemente de su origen, género o etnia, orientación sexual, discapacidad u otras características personales, debe tener la oportunidad de participar plenamente en la vida de la sociedad y de la empresa para la que trabaja, sin ser víctima de discriminación o aislamiento. Significa promover un entorno en el que cada persona se sienta aceptada, respetada y valorada por lo que es, sin desigualdades injustas.
Este concepto incluye, por tanto, varios principios clave:
Crear entornos en los que todos se sientan valorados y aceptados es una de las prioridades en las que trabajan (o deberían trabajar) las comunidades e instituciones. Esto se refleja, por ejemplo, en la promulgación de leyes contra la discriminación de género y normativas para la integración de personas con capacidades diferentes en las empresas, más que en el acceso a la sanidad.
La inclusión también estará en el centro de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible y es un pilar fundamental para alcanzar uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
Lograr una sociedad inclusiva, de hecho, es esencial para abordar retos globales como la pobreza, la desigualdad, el cambio climático y la paz, construyendo un futuro sostenible y equitativo para todos.
Cabe señalar aquí, por tanto, que inclusión y diversidad se utilizan a menudo como sinónimos, a pesar de que, de hecho, son conceptos distintos aunque interconectados. Tener una cultura inclusiva no significa necesariamente tener una plantilla diversa con una amplia gama de características, como el sexo, la etnia y la orientación sexual. Una cultura empresarial integradora, en cambio, se esfuerza por eliminar toda forma de prejuicio, creando un entorno en el que los empleados se sientan acogidos y valorados con independencia de su identidad personal.
El estudio «Future of Work: Diversity & Inclusion», realizado por Inaz en colaboración con Business International – Fiera Milano, indica que las empresas italianas aún están lejos de adoptar plenamente la diversidad. Aunque el 46% de las empresas ya cuenta con un plan de D&I, el 63% todavía no tiene un plan estructurado y tiene previsto desarrollar uno en el futuro.
Un lugar de trabajo inclusivo promueve la acción positiva para evitar los prejuicios, la discriminación o la desigualdad. En un entorno inclusivo, por tanto, la diversidad se considera una contribución a la cultura y el rendimiento de la organización. Cada vez son más las empresas que reconocen los beneficios de la inclusión, entre ellos:
Así pues, teniendo en cuenta estas consideraciones, la Society for Human Resource Management (SHRM) sugiere seis pasos para promover la inclusividad en el lugar de trabajo:
Un estudio realizado por el Boston Consulting Group (BCG) entre 27.000 empleados de 16 países reveló que los que sufren acoso y discriminación son más propensos a dejar su trabajo, mientras que los que confían en que sus jefes y la empresa para la que trabajan en general celebran y respetan los principios de la inclusividad son más propensos a hablar abiertamente y sin filtros sobre la discriminación que sufren. Así pues, eliminar los prejuicios y la discriminación permite a las personas ser profundamente ellas mismas y las motiva para hacer la mejor contribución posible, con una probabilidad claramente menor de abandonar sus puestos de trabajo.
En resumen, por tanto, mejorar la inclusividad es una de las principales palancas para atraer y retener el talento.
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