Valentina Petrillo: atleta paralímpica trans en polémica por discriminación

La cuestión de la participación de las mujeres trans en competiciones deportivas es, desde hace algún tiempo, objeto de una creciente desinformación, que inevitablemente intenta desvirtuar el debate mediante inexactitudes que discriminan a las personas y a la comunidad trans en general.

Valentina Petrillo es una víctima de ello: mujer trans, nacida el 2 de octubre de 1973 en Nápoles, es la primera mujer transgénero que participa en una competición paralímpica femenina en Italia, al ganar la medalla de bronce en la categoría T112 de los 400 metros en los Juegos Paralímpicos que se celebran en París. La atleta italiana concluyó tercera.

La victoria de Petrillo, que es discapacitada visual, desató inmediatamente la polémica. La asociación ultracatólica y antiabortista ProVita habló de discriminación contra las mujeres, señalando a Valentina como otra atleta trans que quitaría espacio a las mujeres. Incluso en las redes sociales, Valentina está lidiando con la maldad de los comentarios vertidos en su perfil. Algunos de ellos: «¿Te gusta ganar fácil? Para burlarte», «¡Vamos Valentino!», «¡Qué inútil! Ni el primer lugar ha obtenido aprovechando la constitución de un hombre!».

Un individuo llamado Michael escribió: «Has robado el tercer puesto a una mujer biológica. Esto no está bien. No sólo haces mal contra las mujeres con tu egoísmo, sino también contra las personas trans. Dejad de competir contra las mujeres. Basta. No está bien».

También aparecen comentarios en inglés, escritos por cuentas italianas que suenan como trolls: «Lamentable e injusto que estéis compitiendo con mujeres de verdad. Es una auténtica locura».

La historia de Valentina es actualmente el centro de un documental titulado «5 nanomoles – El sueño olímpico de una mujer trans», que ya se había anunciado de cara a Tokio 2020.

Desde muy joven, Valentina se dedicó al atletismo, actividad que tuvo que interrumpir a los 14 años debido al síndrome de Stargardt, una mutación genética que inhibe el funcionamiento de los fotorreceptores y provoca una condición de baja visión.

Tras sus estudios en Bolonia, Valentina se incorporó a la selección italiana de fútbol de sala para ciegos. A los 41 años, retomó la actividad deportiva y ganó 11 títulos nacionales de atletismo paralímpico en categoría masculina.

Más tarde, en 2019, inició su propio camino de transición de género, eligiendo el nombre de Valentina. Posteriormente, compitió por primera vez en categoría femenina en los Campeonatos Paralímpicos Italianos de Atletismo el 11 de septiembre de 2020: siendo esta la primera vez en la historia del deporte paralímpico en Italia que se concedía tal permiso a una persona transgénero.

En octubre de 2020, Petrillo compitió en un evento no paralímpico, convirtiéndose en la primera atleta trans en ganar un título italiano, y en 2021, Valentina representó a Italia en los Campeonatos Paralímpicos Europeos, terminando quinta.

Desde que compite como mujer trans, la carrera de Valentina ha estado en el centro de constantes y constantes polémicas. Durante los campeonatos italianos masters en pista cubierta celebrados en Ancona, un comité de 30 atletas femeninas protestó y envió una carta de cese y desistimiento a la FIDAL (Federación Italiana de Atletismo) por el acceso de Valentina a los vestuarios femeninos debido a su anatomía masculina.

Debido a las amenazas e insultos recibidos a través de las redes sociales, Valentina se retiró de participar en el World Masters Athletics de Torun (Polonia), en marzo de 2023, y la propia organización del evento sugirió que Valentina no participara, por su propia seguridad.

Gran parte de la desinformación que circula sobre las personas trans y su participación en competiciones deportivas se debe al desconocimiento del marco normativo. Las críticas en torno a la participación de Petrillo en los Campeonatos del Mundo de París también aludían al hecho de que, en realidad, a la atleta no se le permitía competir junto a mujeres. Sin embargo, Petrillo tiene derecho a participar en competiciones nacionales e internacionales en categoría femenina. Es el reglamento deportivo el que lo dice.

Así que dejemos a un lado las críticas y dejemos más espacio para el conocimiento, la información y la inclusión sincera.